FABIAN, VOS QUE TENÉS LAS DIRECCIONES DE TODOS, ENVIALO A QUIEN CORRESPONDA.
ABRAZO QUIRI
Muchachos, le comento mi fin de semana rugbístico en Colonia.
Luego de casi 8 años sin ir a la ciudad de Colonia como semi turista, siempre de pasada o a las corridas, arribo a la Terminal a las 12:30 del sábado. Fue realizar una llamada y Gustavo ya estaba ahí para ubicarme en el mapa de la ciudad, ya que no tenía ni idea de dónde estaba parado.
Resultó que Gustavo había practicado conmigo en el Stade y no éramos unos desconocidos, así que ante el ofrecimiento de alojarme en su casa, no tuve ningún problema. Dejamos el equipaje, charlamos un poco, me puso al tanto del emprendimiento que está desarrollando y las metas trazadas. En líneas generales, se planea llegar a participar del Torneo Uruguayo de Reservas, si no todo el año, quizás al menos en algún campeonato corto.
Me llamó la atención lo involucrados que están con el proyecto, más cuando no se tiene mucha noción de este deporte, visto que varios recién comienzan y su vida rugbística no ha sido muy larga. El primer ejemplo es el propio Gustavo, cuando comenzó a contar cómo pidió que marcaran la cancha... y las medidas, etc., mil detalles que ni más ni menos se lo estaba solicitando a la IMC, ya que el partido se jugaba en el Campus. También cómo se había armado todo y el apoyo que tenían de la gente de la propia ciudad (muchísima colaboración). Esto sin contar todo lo que proveía la IMC (el Campus... lo marcaron, pusieron las H, vestuarios a full, luces si hacía falta... etc.), todo para que el deporte se desarrolle en el departamento.
Luego de la charla y almorzar, me fui a caminar por la hermosa ciudad, ya desconocida para mí. Obvio, caminé 5 cuadras y estaba perdido, pero ahí nomás me encontré con el Campus, denominado Estadio Supicci, donde juega Nacional, Peñarol, y ni qué hablar que Colonia. Una gran infraestructura, y todo armado para un gran partido. Viendo esa imagen ya me sentía Deluca que arbitraría Hindú vs. Alumni.
Seguí caminando por esa rambla casi interminable, viendo un turismo internacional (hasta chicas haciendo topless, en la playa... mmmmmmmm), -donde estoy?- me pregunté.
Seguí el camino hacia el Real de San Carlos. Nuevamente me asombró la infraestructura encontrada: casas, museos, centros culturales, casa quintas... Seguí intentando perderme, logrando asombrarme de cada lugar que encontraba... Hasta que en esa deriva llegué a la Plaza de Deportes donde practican Los Gladiadores (nuevamente presente el apoyo de la Intendencia), a la hora que se encontraban los jugadores de inferiores y Primera, para definir algunas jugadas.
Cuando vi que a Gustavo no le daba, ya que le faltó alguien para darle una mano con la m16, ahí me metí yo... con la mayor de las ganas de correr y tocar un ovalada... Con los jóvenes empezamos a abrir la pelota, armar la línea, reorganizarnos, etc.: impresionante. Luego armamos un tipo de tocata contra la primera, para que estos últimos coordinaran las marcas.
Para la noche, mis anfitriones me indicaron que fuera a cenar a un lugar llamado La Bodeguita, en plena Ciudad Vieja. No saben qué lugar, con una terraza sobre la rambla vieja, mirando todo el río, la luna, los enamorados... Para mi mala suerte, puras viejas solteronas, que ninguna bajaba de los 50 (obvio, era el referee al día siguiente, así que eso de tomar algo de más para agarrar valentía no contaba). La Ciudad Vieja está de más, uno camina de noche con luces que parecen las antiguas velas, y se siente que en cualquier momento se encontrará al Curro Jiménez y el Algarrobo.
Les cuento que la atención en el restaurante fue de primera: se pensaron que eran un buen juez, y me trataron como el mejor. Les digo más, me servían cosas que no se podían servir en la terraza, y la pobre moza explicando a cada rato que eso no era posible (a otros clientes que solicitaban lo que tiene el Sr.)... ahí... ella decía que “EL SEÑOR ES UN INVITADO ESPECIAL...”. ESE ERA YO... AUNQUE MIDA 1.60.
Yo ahí comiendo solo, disfrutando de la tranquilidad, hasta que me pasaron a buscar para ver qué pintaba en la noche... Estaba muy cansado, así que temprano... como buen profesional, ya que he aprendido algo de mis colegas este último año, me fui a dormir.
El domingo, me di una vuelta por la Ciudad Vieja de día y luego, aún temprano, me fui al Campus para dar una mano. Al mediodía había tenido la charla con Vaimaca y luego la tuve con los Gladiadores.
El espectáculo comenzó... música para la tribuna, alguna bandera... hinchas de todos los tamaños, edad y sexo... un ambiente re lindo...
Se arrancó con un partido de seven de m16. Bien de bien, aunque ciertos jugadores no entendían bien las reglas. Busqué facilitar las cosas y salió un lindo partido, que lo ganó Vaimaca, sin que le resultara nada fácil.
Luego se armó un triangular con los pequeños (niñas y niños). Como Salto trajo toda una banda, armaron dos cuadros y se hicieron 3 partidos de dos tiempos de 10 minutos cada uno: RECONTRA DIVERTIDO...
Nuevamente se armó otro partidito de seven, en calidad de revancha... y nuevamente lo ganó Vaimaca...
Y ya se venía la cereza de la torta, el partido de Primera... Era tal cual la final de la URBA, cada cuadro entraba por su túnel... Yo en la puerta de éstos... oyendo los ecos que se desprendían de su interior... ¡¡¡¡¡¡¡¡"No vinimos a perder; nadie baja los brazos... acá estamos... "!!!!!!!. No me atrevía ni a mirar para adentro... sólo escuchaba y contemplaba el entusiasmo de los presentes...
En todo momento se veía un pibe corriendo para arriba y para abajo, siempre a mil: era Gustavo que no dejaba pasar un detalle... Los locales hicieron un precalentamiento con pesas un par de horas antes del comienzo del partido. Luego se hidrataron e ingirieron naranjas, más tarde el calentamiento para el partido... Tenían hasta las Gatorade disponibles para el entre tiempo...
ERA UNA FINAL... se jugaba la Copa Pepsi... y yo el referee...
Al momento de inicio, estaban en la cancha sólo los directamente involucrados... El partido empezó como lo esperaba: en menos de 1 minuto de juego, mis palabras previas de "no quiero ver ni una piña", se habían desvanecido... Me sentía como esas caricaturas, cuando se le caen los hombros, gesticulando con la cabeza... Esto va a ser difícil, me dije...
Obvio que identifiqué inmediatamente a los tres involucrados y les advertí... No me iba a poder desconcentrar ni un segundo, ni para secarme el sudor de la frente...
El partido se jugó en corto, buscando siempre el contacto inmediato, con mucho roce por ambas partes: lo característico del querido rugby chacarero...
En un scrum, era tanta la euforia de los gordos por imponer su supremacía, que la pelota salió, se abrió y terminó afuera de la cancha, un poco más adelante de donde fue el scrum... Era irónico... no pasaba nada... simplemente los gordos seguían empujando, ningún tercera línea se había percatado de que la pelota estaba en juego hacia varios segundos...
Cuando los 16 forwards levantaron las cabezas me preguntaron qué pasaba... que cobré... que sucedía... Yo les contesto “vamos al line”, y uno me dice “pero seguimos empujando porque usted no pitó”...
Era bastante complicado buscar que no sucediera nada, pero metí ojos en la espalda y listo...
Lamentablemente no tenía linemans, ya que los chicos no entendían mucho la función de éstos. Pero igual estaban... por lo menos para avisarme si la pelota había salido en algún caso complicado.
El primer tiempo terminó ganando Vaimaca por 12 a 5.
Así se fue dando todo el partido, muy parejo en el tanteador... hasta que de tanto roce muchos se desconcentraron y Vaimaca aprovechó con su medio scrum, jugó rápido los penales y puso la diferencia con dos tries.
No era imposible levantar el tanteador, pero Gladiadores seguía desconcentrado, muchas individualidades que no lograban quebrar la defensa, hasta que por fallos de tackle de Vaimaca, llegaron dos tries de Gladiadores. Ya no quedaba mucho tiempo y así fue que el partido finalizó...
Los jugadores luego de un partido con tanto roce, mantuvieron muy en alto el espíritu del rugby en todo lo que fue el post partido... desde saludos y felicitaciones, hasta un gran tercer tiempo...
Yo sinceramente me divertí mucho, la pasé espectacular y eso se debe a la calidad de la gente que me invitó y acompañó en la estadía, como también a las ganas de todos los participantes de la fiesta. Y por qué no, a la belleza de la ciudad de Colonia...
Volví impresionado por lo que pude constatar sobre estos dos grupos de rugbistas o rugbiers: están haciendo un esfuerzo muy grande y trabajando espectacularmente con los chicos. Todo a pulmón, y eso lo conozco porque he jugado en cuadros sin infraestructura.
Desde acá mi agradecimiento por permitirme estar en ese gran fin de semana para el rugby de Colonia y Salto. Y quedo a las órdenes para eventos futuros, que ojalá se sigan haciendo en estos lugares tan pintorescos.
Abrazo,
Quiri
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